La pandemia ha impulsado un cambio en el modelo de enseñanza educativa lo que provocó una transición a un modelo híbrido generando un mayor acceso a la educación y al conocimiento, que en un principio dio temor (el temor natural que da lo nuevo) pero que planteó nuevos desafíos y afloró aún más la vocación de nuestros maestros petersonianos, un desafío que fue inmediatamente asumido y con el cual empezó nuestra preparación.
Nuestra institución siempre se ha caracterizado por varios aspectos entre los cuales la innovación continua, nuestra vocación y la corresponsabilidad de los padres de familia son los pilares del éxito que se está obteniendo en este reto adquirido y que hace que no solo nuestras metas planteadas desde el año anterior no cambien, sino que hasta se expandan, permitiéndonos proporcionar una educación de calidad pese a la pandemia.
Utilizando una serie de herramientas que no solo se enfocan en las tres horas de clases virtuales sino también en las tres horas de clases asincrónicas a través del uso de herramientas tecnológicas adecuadas a cada edad, complementándolas con clases de refuerzo según la necesidad de nuestros estudiantes, cumpliendo con un proceso de enseñanza-aprendizaje personalizado ya sea para reforzar contenido académico o para dar apoyo a los estudiantes de necesidades educativas. Nuestros horarios flexibles optimizan esta relación y en el caso de educación inicial permite al representante escoger el horario más adecuado a sus necesidades (mañana o tarde).
Nuestra amada triada educativa ha sido propulsora de este crecimiento y es ahora la protagonista de esta nueva realidad, una nueva realidad en la que juntos (maestros y padres de familia) estamos facilitando conocimiento, generando aprendizaje y criterio propio en nuestros niños y jóvenes.
Por esta razón aprovecho este artículo para agradecer a nuestros maestros, alumnos y padres de familia por el maravilloso trabajo realizado durante este primer parcial, que como institución nos llena de orgullo y nos permite ratificar una vez más que para la Familia Petersoniana no hay límites.